Origen e historia del ajedrez

El origen del ajedrez ha sido objeto de gran número de fábulas y leyendas; entre ellas, tal vez la más conocida sea la del brahmán Sisa, que sitúa el nacimiento del juego hacia el siglo V de nuestra era. La opinión más generalizada entre los historiadores afirma que el ajedrez procede efectivamente de la India, donde surgió bajo el nombre de chaturanga; nombre que significa "cuatro cuerpos", haciendo referencia a que los ejércitos estaban compuestos por cuatro órdenes de combate: carros, elefantes, caballeria e infantería. Debido a los intercambios comerciales y culturales entre India y Persia, el juego se extendió rápidamente entre los árabes, al invadir territorios persas. Posteriormente, pasó al Imperio Bizantino y pronto se convirtió en un lujoso entretenimiento entre los turcos.

Ramsés II jugando con una favorita (Papiro satírico de Turín)
No obstante, hay otros historiadores, entre los que cabe destacar José Brunet, que aseguran, basándose en los abundantes restos arqueológicos descubiertos, que el origen del ajedrez se remonta a los tiempos del Antiguo Egipto, hacia el 3000 a. C. Brunet acometió importantes y arduos estudios para tratar de demostrar el origen egipcio del juego y llegó a afirmar que el juego no procedía del chaturanga indio o juego de los cuatro reyes, ya que, a pesar de ser muy antiguo, "es más complicado y moderno que el shatrang persa (ajedrez común) que nosotros conocemos". Además, que el juego de ajedrez haya sido importado de la India a Persia, afirma, no  constituye por sí solo la prueba de que sea indio, ya que en los siglos XV o XVI antes de nuestra era ya existen vestigios de algo semejante al juego actual.

En Egipto se jugó un juego similar al ajedrez actual.
Por otro lado, Brunet se extraña de que nadie señale a Egipto como el verdadero país de origen del ajedrez a pesar de que la mayoría de historiadores lo consideran "la cuna de nuestra civilización", y a pesar de los hallazgos efectuados en monumentos funerarios, entre los que abundan las piezas de un juego muy semejante al ajedrez actual.

Ante versiones tan dispares surge la pregunta de si ambas son el resultado de puntos de partida idénticos. En general, se está de acuerdo en situar hacia el 600 a. C. el origen del ajedrez y en que la civilización hindú asimiló tradiciones de civilizaciones que conquistó, entre las cuales estaría el juego del ajedrez; es decir, sería una especie de viejo préstamo con más de 2000 años de antigüedad.

Importantes excavaciones han encontrado piezas datadas en unos 3000 a 4000 años a. C. que corroboran la hipótesis de que el ajedrez fuera conocido por las civilizaciones mesopotámicas antes de que entraran en relación con los pueblos del Indo.

No obstante, si nos atenemos a los textos que tratan del juego ya elaborado, entonces el origen del ajedrez se situaría en torno al 600 d. C., según una de las posturas más aceptadas por los historiadores.

Juegos de ajedrez, dados y tablas (Alfonso X, El Sabio)
Cuando el juego pasó a occidente, los carros, elefantes, caballería e infantería se transformaron en torres, caballos, alfiles u obispos y peones. El término alfil seguramente provenga del vocablo árabe "fil", que significa elefante; y anteponiendo el prefijo árabe al, daría lugar al término en castellano: alfil. El mundo árabe adoptó el ajedrez con gran entusiasmo y llegaron a escribir muchos tratados en la época con análisis de posiciones que aún hoy en día son referentes en estudios de finales de partida. Los persas transformaron el término hindú "rajah", que significa rey, en "shah", y de ahí provendría la frase "shah mat", que significa "el rey ha muerto" y que derivaría en nuestro actual jaque mate.

Repetición de amores y arte de ajedrez (Lucena, 1495)
El juego llegó a Europa hacia el año 700, a través de la conquista de España por el Islám, aunque también lo practicaban los vikingos y los Cruzados que regresaban de Tierra Santa. En la Edad Media se jugaba de acuerdo a las normas árabes (descritas en diversos tratados traducidos y adaptados por el Rey Alfonso X El Sabio), según las cuales la reina y el alfil son piezas relativamente débiles, que sólo pueden avanzar de casilla en casilla. Los francos del Imperio carolingio ya lo conocieron y lo practicaron.

Durante los siglos XVI y XVII el ajedrez experimentó un cambio significativo cuando la dama pasó a ser la pieza más poderosa en cuanto a su movilidad en el tablero, se permitió a los peones avanzar dos casillas en su primer movimiento, introduciendo la regla conocida como "comer al paso" ("en passant") y se introdujo la novedosa jugada del enroque.





Fuentes:

  • BORRELL, M. Ajedrez Brillante. Ed. Bruguera, 1975.
  • BRUNET. El ajedrez: investigaciones sobre su origen. Barcelona, 1891.
Escaneado por Google: https://ia700409.us.archive.org/24/items/elajedrezinvest00bellgoog/elajedrezinvest00bellgoog.pdf (Existe, además, una edición moderna de 2005, de la Editorial Hispano Europea)
  • GANZO, J. Historia general del ajedrez. Ed. Ricardo Aguilera, 1973.


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