Fundamentos básicos de los finales

“Con el fin de mejorar tu juego, debes de estudiar los finales antes que todo, ya que mientras que los finales pueden ser estudiados y dominados por sí mismos, el medio juego y la apertura deben de ser estudiados en relación con los finales”.
(José Raúl Capablanca)
Muchos jugadores que quieren obtener resultados rápidos se aprenden de memoria algunas variantes de apertura y tratan, siempre que les sea posible, engañar al adversario con alguna trampa tendida en las primeras jugadas. Sin embargo, este sistema no conduce a la larga a ninguna mejora en la fuerza del jugador.

El que fue campeón mundial durante muchos años, Emmanuel Lasker, consideraba el final como la parte más importante de la partida. De hecho, a lo largo de la historia todos los grandes maestros se han diferenciado de los aficionados por su gran conocimiento en dicha fase final.

Un final es una posición normalmente simplificada en la que quedan pocas piezas en juego. Durante esta fase siguen siendo válidas muchas reglas tácticas y estratégicas que se aplican durante las fases de apertura y medio juego, pero, debido a lo simplificado de la posición, surgen nuevas posibilidades que son características de los finales de juego:

  • Papel activo del rey. Durante el medio juego el rey debe estar protegido (permanece oculto detrás de la cadena de peones y el enroque ayuda a protegerlo en su castillo) y sólo en raras ocasiones asume una función activa en el juego. En el final de juego, por el contrario, los reyes pueden salir de su cobijo y participar activamente en la lucha. El papel activo del rey puede llegar a ser decisivo en el final ya que puede proteger los peones propios, atacar a los enemigos, controlar espacio vital, impedir la penetración de las piezas enemigas, etc. La centralización del rey en los finales es un tema típico y tan importante como pueda ser la centralización de los caballos en el medio juego.
  • Promoción de los peones. El papel de los peones y su posibilidad de promocionar en una pieza de mayor categoría es uno de los objetivos estratégicos más importantes de los finales. La importancia de los peones crece claramente en comparación con el medio juego. Sólo en raras ocasiones puede decidirse la partida mediante un ataque de figuras; por lo general se necesitan los peones. El jugador que haya perdido todos sus peones quedará en gran desventaja en el final, ya que no tendrá posibilidad de promocionar ninguno de ellos. “Un Peón pasado aumenta su poder a medida que el número de piezas en el tablero disminuye” (Capablanca).
  • La estrategia supera a la táctica. Aunque la táctica y la estrategia siempre van unidas (de hecho, no tiene sentido hablar de una sin mencionar la otra) y, por supuesto, también en el final están presentes todos los elementos tácticos, maniobras y combinaciones, el final es una fase en la que la estrategia juega un papel determinante; no obstante, ser también fundamental el cálculo preciso. El planteamiento exacto, la concepción de conjunto, la elaboración de un plan perfectamente definido es de suma importancia en esta fase del juego. No en vano, todos los grandes maestros que destacaron en la fase final fueron unos grandes estrategas.
  • La técnica. Para jugar bien la fase final de la partida se necesita una gran precisión. En otras fases de la partida no es tan importante tener unos conocimientos teóricos sobre ciertas posiciones como lo es en el final. Muchas posiciones en la fase final se pueden echar a perder por no tener la técnica y los conocimientos necesarios para ganar la partida. Y también puede suceder al contrario, se pueden salvar muchas partidas simplemente por conocer los métodos defensivos adecuados en determinadas posiciones. De hecho, el secreto que los expertos saben, pero muchos principiantes no entienden, es  conocer de antemano el resultado de un final sin necesidad de calcular todos los movimientos.


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