Así es como se titula una entrevista a Adriana Salazar realizada por la asociación "Mejora tu Escuela Pública". Efectivamente, el ajedrez escolar no pretende tanto desarrollar grandes jugadores de ajedrez cuanto desarrollar el pensamiento en los niños. Y es que, una de las grandes virtudes del ajedrez es que tiene la capacidad de estructurar el pensamiento.
Los investigadores de la Universidad de Harvard, David Perkins y Howard Gardner, acuñaron en el año 2008 el término "Rutina de pensamiento", que no son más que unas estrategias cognitivas que consisten en preguntas o afirmaciones abiertas que promueven el pensamiento en los estudiantes.
Algunos ejemplos son:
- ¿Qué te hace decir eso? (Rutina para Interpretar y Justificar).
- Pensar-Cuestionar-Explorar (Rutina para Profundizar y Cuestionar).
- Pensar-Juntarse-Compartir (Rutina para Razonar y Explicar).
- Círculos de Puntos de Vista (Rutina para Explorar distintas perspectivas).
- Solía Pensar – Ahora Pienso (Rutina para Reflexionar sobre ¿Cómo? y ¿Por Qué? nuestro pensamiento ha cambiado).
- Ver-Pensar-Preguntar (Rutina para Explorar Estímulos Visuales).
Las rutinas de pensamiento hacen visible el pensamiento, ayudan en la metacognición y son unas herramientas excelentes para promover un aprendizaje real y significativo.
¿Qué preguntas podemos hacer a nuestros alumnos relacionadas con el ajedrez?
Todas las que se te ocurran estarán bien.
Algunas ideas:
- ¿Cuál es la idea detrás de esa jugada?
- ¿Qué diferencias observas en la posición de blancas y negras?
- ¿Está igualada la posición? ¿Por qué? ¿qué factores destacas de esta posición?
- ¿En qué ha cambiado la posición tras la última jugada?
- ¿Qué amenazas hay en la posición?
- ¿Qué plan o planes se te ocurren en esta posición?
- ¿Cómo puedo atacar al rey?
- ...
En resumen, el ajedrez ayuda a que los alumnos puedan reconocer sus propios pensamientos y hacer reflexiones sobre ellos, generando hipótesis, validándolas y sintetizando ideas, etc.
Fuentes:
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