Ajedrez y poesía

"El ajedrez es creativo necesariamente, y por eso es apasionante, como la poesía". (Jaime Sabines)

La palabra poesía proviene del término latino poēsis, que a su vez deriva de un concepto griego. Se trata de la manifestación de la belleza o del sentimiento estético a través de la palabra, ya sea en verso o en prosa. De todas formas, su uso más usual se refiere a los poemas y composiciones en verso.

En el ajedrez la poesía se manifiesta en la belleza de muchas posiciones y en el sentido estético que implica el movimiento de las piezas coordinadas en perfecta armonía. Muchos han sido lo escritores que han utilizado el ajedrez en la poesía y lo han comparado incluso con la vida misma. Veamos algunos ejemplos:


Porque esta vida no es
-como probaros espero-,
mas que un difuso tablero
de complicado ajedrez.
Los cuadros blancos: los días
los cuadros negros: las noches...
Y ante el tablero, el Destino
acciona allí con los hombres,
como con piezas que mueve
a su capricho y sin orden...
Y uno tras otro al estuche
van, de la nada sin nombre.

Omar Khayyám


O este otro poema muy conocido de Jorge Luis Borges:

I

En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

Adentro irradian mágicos rigores
Las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero
oblicuo alfil y peones agresores.

cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.

En el oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.

II

Tenue rey. Sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.

No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.

También el jugador es prisionero
(la sentencia es de Omar) de otro tablero
de negras noches y blancos días.

Dios mueve al jugador, y éste. La pieza.
¿Qué dios detrás de dios la trama empieza
De polvo y tiempo y sueño y agonías?

Jorge Luis Borges


Fuentes:

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